domingo, julio 26, 2009

 

Vacaciones de verano










Pasan a velocidad de vértigo los días de Julio. Cumplí años y me fui a Sicilia con mi querida mujercita, la madre de mis hijas... lo pasamos bien en términos generales: los hoteles no estaban mal, la comida la conseguimos a buen precio y en nuestra línea de productos del mar... aunque con el toque italiano mediterráneo: pastas, arroces, cus-cus incluso.




La isla es más abrupta de lo que imaginábamos, los conductores sicilianos se esfuerzan en incumplir cualquier norma digna de ser respetada y hacen peligrar las vidas ajenas con su conducción agresiva, pero al final logramos sobrevivir, no en vano ya nos habíamos enfrentado a los tunecinos, los portugueses de la época pre-autopistas, los turcos y los griegos con su peculiar segundo carril (échate al arcén que viene el coco y te come...)




Hay casi tanto patrimonio de origen griego en la Magna Grecia como en la propia hélade y sería tarea difícil enumerar las decenas de lugares donde esta presencia se ha puesto de manifiesto en forma de yacimiento arqueológico: teatro, templo, acrópolis...




Además de contar con una población de más de 5.000.000 de habitantes distribuidos en 9 provincias que ocupan una superficie de unos 25.000 kilómetros cuadrados ( como tres archipiélagos canarios y medio), los sicilianos se concentran sobre todo en las zonas costeras en poblaciones abigarradas con calles estrechas y a menudo con pronunciadas pendientes. No se debe olvidar la presencia del Etna, un enorme volcán activo que echa humo continuamente por su zona alta, la existencia de amplias superficies donde se cultivan cereales, otras zonas donde predominan los olivos y otras dedicadas con ahinco a la vid y por tanto al vino. A todo ello se puede añadir unas zonas industriales bastante visibles y con importante afectación a sus alrededores, así como zonas turísticas algo anticuadas y zonas suburbiales con aspecto terroso y poco gratas a la vista y el olfato.




Las grandes ciudades: Palermo, Catania y Mesina han alcanzado unas dimensiones que no las hacen muy apetecibles por el ajetreo del tráfico rodado, los problemas de aparcamiento, el ruido y demás inconvenientes de la vida urbana, complicados con el calor del verano...








Sólo pateamos superficialmente Palermo y dejamos Catania al margen y Mesina, perdida en su esquinita, prefiriendo Siracusa, Taormina, Agrigento o Cefalú como lugares de dimensiones más humanas.




Bueno, ya os contaré algo más otros días venideros...











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